Pocas palabras han tenido tanto peso en la economía doméstica europea como Euribor.
Durante los últimos diez años, este índice ha sido el termómetro de millones de hipotecas en España.
Ha vivido mínimos históricos, subidas abruptas y una década de cambios que marcaron la forma en que los hogares entienden su cuota mensual.
En este artículo repasamos su evolución desde 2015 hasta hoy, recordaremos cómo se calcula y por qué sigue siendo el gran protagonista del mercado hipotecario.

Qué es exactamente el Euribor
Básicamente, el Euribor (Euro Interbank Offered Rate) es el tipo de interés promedio al que los principales bancos europeos se prestan dinero entre sí.
Cada día, un panel de entidades comunica a qué tipo se financiaría en distintos plazos (una semana, tres meses, seis meses, un año…).
El más conocido, el Euribor a 12 meses, es el que se usa como referencia para la mayoría de hipotecas variables en España.
En otras palabras: si sube el Euribor y tienes una hipoteca variable, sube tu cuota. Si baja, pagas menos.
2015–2019: la era de los tipos negativos
La primera mitad de la década fue excepcional.
Tras la crisis financiera, el BCE redujo los tipos de interés para estimular el crédito, y el Euribor entró en terreno negativo en 2016.
Fue la primera vez en la historia que sucedía.
Durante esos años, las hipotecas variables vivieron una edad dorada donde muchos hogares pagaban cuotas mínimas.
Entre 2015 y 2019, el Euribor se movió entre el -0,1 % y el -0,3 %, consolidando un periodo de estabilidad y atractivo para quienes apostaban por tipos variables.
2020–2022: pandemia y punto de inflexión
Con la llegada del COVID-19, el índice mantuvo su tendencia a la baja.
El confinamiento, la caída del consumo y las políticas expansivas del BCE mantuvieron los tipos en negativo.
En 2021, el Euribor cerró el año cerca del -0,5 %, el nivel más bajo de su historia.
Pero a mediados de 2022 el panorama cambió.
La inflación se disparó y el Banco Central Europeo reaccionó con la subida más rápida de tipos en dos décadas.
El Euribor comenzó un ascenso vertiginoso: del -0,5 % en enero al 2,8 % en diciembre del mismo año.
Miles de hipotecas variables sintieron el impacto en cuestión de meses. Las consultas por cambios a una hipoteca fija crecieron en los bancos.
2023–2025: estabilización en terreno positivo
Tras el ajuste inicial, el Euribor ha entrado en una fase de normalización.
Durante 2023 se mantuvo estable entre el 3,5 % y el 4,0 %, y a lo largo de 2024 empezó a mostrar señales de descenso moderado.
En 2025, el índice ronda el 2,16 %, según los últimos datos disponibles del mercado interbancario europeo y del Banco de España a noviembre de 2025.
Este nuevo escenario consolida el fin de los tipos negativos: el mercado hipotecario se mueve ahora en niveles más realistas, con las hipotecas fijas y mixtas ganando protagonismo frente a las variables.
En perspectiva histórica, el Euribor actual se asemeja más al de los años 2006–2008 que al de la etapa postcrisis.
La gran diferencia es que hoy los hogares están mejor informados, comparan más y toman decisiones con herramientas que les permiten anticiparse.
Qué hemos aprendido en diez años de Euribor
Entre 2015 y 2025, el índice ha demostrado tres cosas claras:
- Los tipos pueden cambiar rápido, y lo hacen cuando menos se espera.
- Las hipotecas variables funcionan muy bien con Euribor bajo, pero pueden tensar la economía familiar si sube con fuerza.
- Entender el comportamiento del Euribor es esencial para elegir bien entre una hipoteca fija, mixta o variable.
Por eso, más que adivinar el futuro, lo importante es simular escenarios y saber cómo cambiaría tu cuota según evolucione el índice.
En Winvest hemos desarrollado una herramienta gratuita que te permite hacerlo de forma sencilla y visual:
la calculadora de Euribor futuro, actualizada con los últimos datos del mercado.
Puedes probarla para ver cómo afectaría a tu hipoteca un cambio de tipos en los próximos meses.
El Euribor ha marcado una década de contrastes: de los tipos negativos al retorno a la normalidad.
Y aunque ya no sorprende tanto, sigue siendo el indicador que determina el coste real de la vivienda para millones de familias.





